lunes, 2 de junio de 2014

William Ospina y la segunda vuelta. "De dos males": Santos y Zuluaga. EL ESPECTADOR 31 MAYO y Junio 1, 2014. NTC ... Compilaciones

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NTC … Nos Topamos Con 
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---------- Mensaje ENVIADO ----------

De: NTC  ntcgra@gmail.com


Fecha: 1 de junio de 2014, 8:07

Asunto: ¿Y ahora quién podrá defendernos? ¿PA´QUE SIGA LA VAINA?


Para: Suscriptores 


De dos males

Por William Ospina
William Ospina
EL ESPECTADOR .com  31 MAYO 2014 - 10:00 PM

Ahora todos piensan que el mal menor es Santos, porque Colombia tiene una infinita capacidad de equivocarse.

Pero he llegado a la conclusión, que nadie tiene por qué compartir, de que en estos momentos el mal menor de Colombia se llama Oscar Iván Zuluaga.

… http://www.elespectador.com/opinion/de-dos-males-columna-495794

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Cali, Junio 1, 2014

Carta a William Ospina


Por José Zuleta Ortiz

     
Querido William

    
Siempre he pensado que los intelectuales deben actuar, y que más
allá de la retórica ideológica de sus ideas, un intelectual, incluso
un pensador, debe asumir acciones políticas. Lo aprendí en casa; en
1958 mi padre y mi madre se fueron  a vivir al páramo de Sumapaz con
la intención de ayudar a formar a los campesinos que se organizaban
bajo el liderazgo de Juan De La Cruz Varela. Allí vivieron hasta que
el advenimiento de mi hermana mayor los obligó a regresar. Muchos años
después, entre 1985 y 1989 mi padre estuvo trabajando como consultor
de paz para las Naciones Unidas y viajó varias veces a los campamentos
guerrilleros del M19, para convencerlos de que entre dos males: la
guerra o nuestra democracia, era preferible, con todas sus inequidades
y miserias, nuestra democracia.  Hoy los ex guerrilleros de esa
agrupación aseveran que sus ideas y su argumentación, fueron muy
importantes para que El M19 decidiera desmovilizarse.

   Ayer leí aterrado tu columna (y confieso que no la volveré a leer
para no volver a sentir el espanto y la tristeza que me produjo su
lectura)  en ella dices entre otras cosas que: “considero a Zuluaga el
menor de los dos males.”(…) “una paz sin Uribe es como una mesa de dos
patas.” Uribe y Zuluaga representan ya a otro sector de la sociedad.
Sé que no representan a los pobres ni a los excluidos, sé que cada vez
necesitamos con más urgencia la Franja Amarilla, pero ya no
representan a esa vieja élite clasista, racista, que gobernó al país
por muchas décadas y nunca supo qué país era este”.

      La verdad William  me tocó releer, frotarme los ojos, para saber
si era verdad que decías lo que decías. Sabes que muchas personas en
Colombia te consideraban un pensador de nuestra sociedad, creían en
ti, leyeron tus libros tratando de encontrar en ellos una hebra de luz
sobre la penumbra de nuestra realidad. Hoy siento que has decepcionado
a mucha gente. Y tengo la sensación de que en tu escrito hay una
vanidad que te enceguece. Quiero creer que es eso, tu vanidad, y no
tus ideas lo que te llevó a hacer tales afirmaciones.  Digo que tu
vanidad porque detrás de tus argumentos gravita un “sé”, “sé”, “sé”:
yo sé  más que todos y veo más lejos.

       No querido William, estás muy equivocado, y algo peor, estas
confundiendo a mucha gente. Entre los dos males que se ciernen sobre
el futuro de Colombia el peor es Uribe. De eso no te quepa la menor
duda.

 Te recuerdo un texto de mi padre (a quien tanto citas) sobre la Guerra:

     “Si alguien me objetara que el reconocimiento de los conflictos y
las diferencias, de su inevitabilidad  y su conveniencia, paralizaría
en nosotros la decisión y el entusiasmo en la lucha por una sociedad
más justa, organizada y racional, yo le replicaría que para mí una
sociedad mejor es una sociedad capaz de mejores conflictos. De
reconocerlos y de contenerlos. De vivir no a pesar de ellos, sino
productiva e inteligentemente en ellos. Que solo un pueblo escéptico
sobre la fiesta de la guerra, maduro para el conflicto, es un pueblo
maduro para la paz”. Estanislao Zuleta

 Tu amigo José Zuleta
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PAZÍFICO NOTICIAS
INTENSO DEBATE ENTRE INTELECTUALES POR COYUNTURA ELECTORAL.
Informe de Luis Alfonso Mena S.
Cali, Colombia, jueves 5 de junio de 2014.
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PARTICIPACIONES y APORTES: 


Seis tesis para un voto razonado
Por: Héctor Abad Faciolince


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De: Gabriel Jaime Franco

Fecha: 1 de junio de 2014
Asunto: Lo de William
Para:  ntcgra@gmail.com

Queridos amigos de NTC:

He leído, con estupefacción primero (pensando que se trataba de una ironía y que párrafos más adelante me encontraría con otra cosa), y con rabia y tristeza después (una vez que tuve  el valor de  leerla entera), la lamentable, irresponsable y casi criminal columna de William Ospina  en la que con argumentos peregrinos y febles explica por qué votará por el señor Zuluaga. Sigo sin entender, la razón me desasiste y huye: lo que he leído, ¿es lo que he leído? Y sí: es lo que he leído. Y no entiendo.  Como no entiendo la todavía más feble posición de Jorge Enrique Robledo, Clara López y la dirigencia toda del Polo, que en un arranque de “pureza” ética han optado por una blancura que es también casi criminal, pues no puede ser sino criminal soslayar un hecho inocultable: que el triunfo de Uribe es el triunfo de asesinos pillados en flagrancia, que el voto por Uribe y su muñeco es la elección de otros 100 años, ya no sólo de soledad, sino de muerte.

Sé que votaré por Santos con agriera, pero sé también que no he elegido el fascismo, que mi opción no es ni será la sombra, que mi bandera no es luto. El mismo día de las elecciones, en la noche y entre lágrimas de impotencia y rabia, escribí el poemita que encontrarán líneas más abajo, que dedico ahora a William Ospina y a los electores paisas. Están en libertad de publicarlo, si es que ética y estéticamente les parece que se sostiene. Va mi abrazo afectuoso,

Gabriel Jaime Franco


El triunfo de la muerte


He aquí el tiempo de los asesinos
Rimbaud

Quien siempre ha vivido en la sombra
Tiene miedo de la luz.

Quien no vio y vivió sino en lo oscuro
no tiene nostalgia de la luz:
Elige entonces lo suyo: la sombra, lo oscuro,

Y en ellos, en lo oscuro y en la sombra, 
se agazapa,
Se encoge y se recoge.

Más muerte, dice, más sombra, grita,

No me den luz,

Déjenme aquí, no me den luz,

Esa cosa imposible y lejana que imagino,

Esa cosa lejana que imagino y me da miedo.


No me den luz,

Esa cosa lejana que imagino y que no veré nunca,


Déjenme en lo oscuro, dice y grita,
Déjenme en lo oscuro:

Es el único sitio que conozco.

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---------- Mensaje RECIBIDO ----------

De: Mario E. Arrubla 
Fecha: 2 de junio de 2014, 10:15

Asunto: de mario arrubla: “Yo no quiero matricularme en el santismo, pero invito a votar por Santos.” 

Para: ntcgra@gmail.com

Leo hoy en NTC …  unos comentarios de José Zuleta y de Gabriel Jaime Franco sobre un pronunciamiento de William Ospina en favor del candidato uribista. Pienso que tal vez a ustedes les interese conocer (y ojalá contribuir a que se conozca) un texto que he escrito sobre las próximas elecciones presidenciales, en particular sobre el tema del voto en blanco.
Pienso que mi texto, escrito y enviado a algunos amigos el 29 de mayo de 2014,  parece una réplica directa al artículo de William Ospina, que no conocía. 
Cordialmente, Mario Arrubla. 

Dice, entre otros asuntos,  un reciente análisis de Semana (28 mayo 2014)   http://www.semana.com/nacion/articulo/voto-en-blanco-tiene-utilidad-en-la-segunda-vuelta/389796-3
"El voto en blanco se convirtió en una alternativa para quienes no quieren matricularse en el santismo o el uribismo".

--Yo no quiero matricularme en el santismo ni en el uribismo. Matizo esta declaración, sin embargo: no quiero matricularme en el santismo, pero todavía quiero muchísimo menos matricularme en el uribismo. Y extiendo eso a mi país: no quisiera que mi país fuera santista, pero me espanta y me deprime que la autoridad de Uribe resulte consagrada electoralmente.
--Como en las próximas elecciones no puede ganar sino Santos o el candidato de Uribe, el voto en blanco es una expresión simbólica que dice: Hago constar con este voto que da lo mismo que gane el uno o el otro. 

--Aunque con cualquier resultado electoral nuestro país, en el futuro inmediato, seguirá siendo radical y desvergonzadamente neoliberal, y su gente y su territorio, con el patrocinio legal y el beneplácito del Estado, seguirán ofrecidos sin protecciones de ninguna índole a los mejores postores multinacionales, yo no voy a decir con un voto en blanco que el liderazgo derechista de Santos da lo mismo que la restauración del uribismo fascistoide y persecutorio. 
--El voto en blanco es ciertamente un acto de manifestación simbólica. Pero si lo que manifiesta es que da lo mismo el santismo derechista que el uribismo fascistoide, yo pienso que no se debe votar para decir eso por la simple razón de que esa equiparación es falsa y puede tener consecuencias políticas nefastas.  
--La política, como la realidad humana en todos sus órdenes, con frecuencia no nos deja más campo que la opción por lo menos malo. No distinguir entre lo malo y lo espantoso es un pecado de ideólogos, que por pensar y  buscar lo mejor -cosa que está muy bien- no hacen distinciones entre lo malo y lo espantoso -cosa que es muy peligrosa. 
--El voto es para elegir lo mejor, y si las condiciones existentes no se prestan, para elegir lo menos malo. El voto no es para hacer manifestaciones simbólicas. El que no encuentre algo por lo que valga la pena votar,  o no le guste votar en términos de elegir lo menos malo, o le dé lo mismo cualquier resultado electoral dentro de lo previsible, debería quedarse en casa el día de elecciones, ojalá en silencio y ocupado en el análisis de las condiciones y  perspectivas del país, que es para lo que está dotado y en lo que además puede ser muy muy útil. 
--El voto en blanco no es electoralmente neutro, sino dañino. No sólamente es idiota, sino que puede tener efectos catastróficos. Le puede quitar votos al derechista Santos, y no le va a quitar ni un solo voto al candidato del fascistoide Uribe. Siempre en estas situaciones recuerdo los votos por Ralph Nader en el año 2000, que eran como una especie de voto en blanco emitido por las minorías más democráticas y decentes (también las más ingenuas) para decir simbólicamente que, como representantes del gran capital, Gore y Bush eran la misma cosa. El 3% de la votación de Nader, restada en buena medida a Gore y en ninguna medida a Bush, permitió a éste con una minoría del voto popular asumir la presidencia y conseguir con pruebas falsificadas la autorización del Congreso para montar una vasta empresa bélico-comercial destinada a la destrucción de un país. Hay cosas que hizo Bush, que no las hubiera hecho Gore. Muchas de las cosas que es capaz de hacer el uribismo -como acosar policialmente, sin reparar en medios, a opositores y jueces acusándolos de aliados del terrorismo-, no las haría Santos. 
--Yo no quiero matricularme en el santismo, pero invito a votar por Santos. Aclaro, sin embargo, que el verdadero móvil de este mensaje es mi alarma ante los llamamientos al voto en blanco hechos por personajes auténticamente democráticos. 
 Mario Arrubla
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De: Carlos Vidales 
Fecha: Estocolmo, 1 de junio de 2014 (Rec.  2 de junio de 2014, 13:16 )
 Asunto: Re: PA´QUE SIGA LA VAINA .... ¿Y ahora quién podrá defendernos ... ? ...
Para: NTC  ntcgra@gmail.com
De dos males, ¿el más nuevo?
Confieso que no me sorprendió en absoluto la columna de William Ospina en favor del candidato uribista. Lo que a otros ha parecido absurdo a mí me ha parecido perfectamente lógico: que él apoya al representante de la guerra, de las motosierras, de los desplazamientos y del horror, porque "con ellos no es posible llamarse a engaños: si hablan de guerra, hacen la guerra; si odian a la oposición, no fingen amarla". Digo que me parece lógico, porque desde hace años vengo pensando que un escritor dedicado a reciclar la sangrienta epopeya de los conquistadores en sucesivos mamotretos de caballería tropical, tarde o temprano tiene que terminar rindiendo culto a la feroz dinámica de la conquista.
"Uribe, con su inteligencia, su astucia y su tremenda energía de animal político, se inventó un poder nuevo que benefició muy poco al pueblo, pero que benefició enormemente al viejo establecimiento colombiano que hacía agua por todas partes". Ponga usted esa frase inmortal en otro contexto, por ejemplo: "Hernán Cortés, con su inteligencia, su astucia y su tremenda energía de animal político, se inventó un poder nuevo que benefició muy poco al pueblo de México, pero que benefició enormemente a la vieja aristocracia española, podrida hasta sus cimientos". O bien: "Mussolini, con su inteligencia, su astucia y su tremenda energía de animal político, se inventó un poder nuevo que benefició muy poco al pueblo, pero que benefició enormemente al viejo establecimiento que hacía agua por todas partes". Lo que hay detrás de todo esto, que literalmente se aplica a Hitler y a Franco, es la creencia de que una nueva élite conquistadora (inteligente, astuta, con tremenda energía, sin escrúpulos, violenta e implacable) es mejor que una vieja élite corrupta que hace agua por todas partes. En otras palabras: que es muy bueno que esa vieja élite se caiga de una vez por todas aunque la sociedad entera caiga de la sartén al fuego o directamente al infierno. Fue cabalgando sobre ese sofisma fascista que Mussolini ganó las elecciones, que Hitler ganó la elecciones y que los fascistas rumanos, húngaros y portugueses sostuvieron siniestras dictaduras militaristas durante muchas décadas trágicas.
Se necesita ser un ingenuo admirador de la conquista para sostener que el uribismo, que es la Segunda Conquista (con sus desplazamientos, su despojo de tierras, sus masacres, su odio contra las víctimas, su glorificación de la violencia), es mejor que las viejas élites formadas en la Primera Conquista, como si la renovación de la sociedad colombiana debiera pasar por la renovación del horror y del genocidio.
Pero también se necesita tener una mentalidad de libros de caballería para creer que unas elecciones deciden todo el destino de un país, y no de un país cualquiera, sino de Colombia, donde no vota el 60 por ciento de las víctimas (en Colombia no hay electores, hay víctimas) y donde la inmensa mayoría sigue viviendo según sus propias leyes particulares e individuales sin que se sepa exactamente cuáles son, porque se hace lo que se puede y eso es muy cambiante y muy dinámico. Tanto los amantes de los nuevos conquistadores, como los partidarios de los viejos, como quienes creemos en la necesidad que construir una sociedad nueva, diferente, deberíamos ser conscientes de que el uribismo y sus paracos, sus bacrim, sus urabeños, harán lo que puedan hacer ganen o no ganen las elecciones, y así haremos todos los demás, gane quien gane la segunda vuelta.
Si algunos, o muchos, votan desde la izquierda por el señor Santos, no están votando por la "vieja oligarquía bogotana" (curiosa categoría sociológica inventada para defender a la nueva oligarquía antioqueña, no para defender al pueblo). No. Estarán votando contra los bandidos que hacen política desde la cárcel, porque nunca, jamás en la historia de Colombia, o del mundo, ha habido tanta jefatura de un movimiento político haciendo liderazgo desde detrás de la rejas, donde están por ladrones, fascinerosos y genocidas. ¿Esa es la "nueva élite" que nos propone nuestro ilustre narrador de la épica conquistadora?
Como ya se ha señalado en estos foros, el socialista francés Jean Jaurès, asesinado en 1914 por oponerse a la guerra mundial que se acercaba, explicó: "en la primera vuelta, escogemos, en la segunda, eliminamos".
Y esto es lo que queremos hacer en esta segunda vuelta, compatriotas. No pudimos escoger lo que queríámos en la Primera Vuelta, pero en la segunda ejerceremos nuestro derecho a eliminar lo que de ninguna manera queremos. No es mucho, pero es algo y, como dice el filósofo Rajoy, algo es algo. No le demos más vueltas ideológicas a este asunto.
O sí: es incompatible ser admirador de los gobiernos "progresistas" de América Latina, que con todas sus deficiencias, errores, limitaciones y dificultades trabajan por el bienestar del pueblo y, al mismo tiempo, ser admirador de los genocidas con su inteligencia, su astucia y su tremenda energía de animales políticos.
Es imposible conciliar esas dos cosas. Decídase, William, por una de las dos, pero no por ambas.
 Carlos Vidales
Estocolmo, 1 de junio de 2014.
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ENTRE DOS MALES:
(Carta abierta a William Ospina)
Cali, Junio 2, 2014
Por Fernando Cruz Kronfly
 Querido William:


Tú sabes la amistad y el afecto que nos une. Eso está claro y nada de esto se afectará. Pero, la publicidad de tu documento me obliga a hablarte en público. Entonces, debo decirte que tu decisión de preferir al Zorro sobre el Santo me ha llenado de estupor. No necesitabas explicarla de una manera tan aterradora. Lo de menos es tu voto anunciado, del que eres libre y soberano. Se trata de una decisión que, por supuesto, no comparto pero que respeto. Así es como suele decirse, con educación? Pero, lo que me llena de estupor es la fragilidad aterradora de tu argumentación, la falacia que ella encierra. Por favor, William, no argumentes de esta manera tan ligera y banal.
 Cuando era todavía casi un muchacho, y te hago esta confesión pública, voté por Turbay Ayala. A los ocho días tenía el dedo podrido, atacado de gangrena. Le agarré terror a votar. ¿Recuerdas el Estatuto de Seguridad y las Caballerizas? Pero, en la distancia del tiempo, Turbay viene a mi mente como una monjita regordeta corrompida de malas prácticas políticas clientelistas, rebosante de una cierta candidez, pero nunca alcanzó a ser la amenaza que hoy es Uribe y la extrema derecha que él lidera en llave con el Procurador. La lista de sus senadores y representantes recién elegidos infunde miedo.
 Aún así, William, puedes votar por quien quieras. Pero, por favor, no argumentes así. No necesitas armar semejante argumentación falsa para justificarte. Y, esto, William, es lo que me tiene aterrado. Y encima de aterrado, triste. Te desconozco, no eres ahora lo que has sido.
 Te he conocido argumentando en tus ensayos, que he leído con devoción. Pero lo que ahora has escrito en tema tan delicado, en términos argumentativos resulta francamente deplorable. Y es una puñalada en contra del proyecto de la “franja amarilla” que has alentado. Como algunos de tus amigos ya lo hicieron, debí leer más de tres veces tu texto publicado en El Espectador. Al principio pensé que se trataba de una impostura. Pero, no lo ha sido.
 No hay en tu lamentable argumentación, encaminada a justificarte, una sola mención a la ética de los medios en la política. Esto me deja arrasado. ¿Tú has entrado a formar  parte de ese medio país uribista para el que todo vale? ¿Has decidido cerrar los ojos para observar con aterrador desdén el tema ético?   
 Conozco tu vieja rabia contra la élite bogotana excluyente, que mira con desdén y que se cree designada por Dios para gobernar este país. Responsable de todos los males de nuestros últimos cien años, según dices. Y supones que, ante esto, la llegada del Zorro al palacio de los presidentes, significa una especie de “recambio y relevo” de esa élite. Sin embargo, te pregunto, si la clase política de la costa atlántica, que negocia con el agua de los barrios populares a cambio de votos, hace parte de la élite bogotana. O si los 40.000 niños fantasmas estudiantes de Buenaventura, fueron inventados por la élite bogotana que tanto odias, o que los que se robaron cinco veces el metro de Medellín, eran élite bogotana o los Nule o el nieto de Rojas Pinilla, etc. No, William, vas a tenerte que inventar otro argumento para justificarte. ¿Y, por qué no votas tranquilo, sin justificarte públicamente, si el voto es secreto?
 Esos odios que no puedes ocultar, y que te respeto porque son viscerales y son tuyos, son la base del argumento fracasado y falso que has construido para justificar tu decisión pública, que requería por tus características intelectuales un más convincente “tejido argumentativo”. Esto es lo que me duele: tu deplorable argumentación, en busca de una extraña originalidad. Aunque, también, en busca de una necesaria tranquilidad de conciencia.
 Me llena de estupor verte hundido en el pantano de unas razones insostenibles. Porque, si haces bien la cuenta ¿cuántos presidentes de Colombia en los últimos 100 años han salido de la élite bogotana que odias? La cuenta no te da la razón, William. Te ruego que releas tu documento y pienses seriamente en tus argumentos.  Vota por quien quieras, pero lo vas a hacer impulsado por el odio, como lo dices, y no por los argumentos. Y, en tu caso, uno esperaría que no fuese así.  
 Deberías recular a tiempo, William, como ya lo hizo tu candidato el Zorro “menos malo”, que de alguna manera ya traicionó a sus votantes con lo de La Habana, antes de ser elegido en segunda vuelta, si es que lo consigue.    
Tu grandeza, William, y la amistad y el reconocimiento de tus amigos, podrían llevarte a repensar este asunto. Sería lo más noble en un intelectual humilde que atiende razones. Todavía estamos en tiempo. Pero, no para cambiar tu voto, del que eres libre y responsable, sino para ofrecernos una argumentación que te permita salir del pantano en que, sin necesidad, has caído. Que no te cubra la mierda amarilla con que este país suele sepultar a sus mejores mujeres y hombres. Escapa de la mierda amarilla, regresa a la franja amarilla. Tus amigos te esperan. 
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El derecho a elegir
Al Margen. Por German Patiño
El País, Cali, Junio 2, 2014
En mi caso, a no ser que suceda algo excepcional, votaré por Santos, pese a todos su defectos, pues me parece más grave la posibilidad de que la banda de la Z vuelva a enseñorearse sobre el país, perrero en mano y negocios de los “hijos del Ejecutivo” en la trastienda.


A veces, y esta es una de ellas, “toca” votar por alguien que no llena todas las expectativas, para impedir muertes anunciadas.
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ACCEDER y NAVEGAR
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De: Fernando Rendón 
Fecha: 3 de junio de 2014, 14:18
Asunto: Seis interpretaciones sobre la actitud de William Ospina
Para: ntcgra@gmail.com

Seis interpretaciones sobre la actitud de William Ospina
Nadie ignora que William Ospina ha sido el escritor más promocionado por la industria editorial colombiana, ¿pero nadie sabe por qué? No es un poeta destacado ni reconocido más allá de las fronteras hispanoamericanas, y sus puntos de vista ni siquiera son coherentes entre una columna periodística y otra en las que suele opinar y posar a diestra y siniestra como un erudito y demócrata. Es decir, su pensamiento carece de la cohesión suficiente para merecer el título de intelectual honrado. ¿A qué le sirve?
Nadie ignora que William Ospina ha sido el escritor más promovido por las élites del gobierno colombiano durante sucesivos mandatos presidenciales, ¿pero nadie sabe por qué? Ospina ha ostentado casi con desdén “sobre la plebe” su investidura de embajador cultural de prácticamente todos los gobiernos colombianos, de las dos últimas décadas del siglo XX  y comienzos del siglo XXI. No hay país de Hispanoamérica donde no haya “representado” a la cultura de nuestro país. Para pagar su deuda persistente no ha ahorrado elogios a ningún presidente, incluso a un caballista de carriel que tiene a casi todos sus amigos en la cárcel y que chuzó durante su gobierno a toda la patria.  ¿A qué juega?
Recuerdo cuando circuló una carta entre escritores e intelectuales colombianos hace algunos años en busca de adhesión a la candidatura de Carlos Gaviria Díaz, que William Ospina se negó a suscribir. No obstante fue sorpresivo ver y escuchar a William Ospina en la tribuna de oradores, al lado de Carlos Gaviria, esforzándose por hacerse ver, aplaudir y escuchar.
Luego de que el país lo pillara con las manos en la masa, haciendo nuevas maromas y escribiendo indigentes panfletos en defensa de Álvaro Uribe Vélez y de Luis Carlos Restrepo, su siquiatra, fue asombroso constatar que William Ospina estuviera alardeando de revolucionario en la tribuna de oradores de la Marcha Patriótica el 9 de abril de 2013, leyendo la Oración de la Paz, al estilo de Carlos Castro Saavedra pero empinándose como un nuevo Jorge Eliécer Gaitán.
Todo ha sido increíble en la meteórica carrera política del saltimbanqui William Ospina. Hasta ahora que lo vemos (A WILLIAM OSPINA) trepar a la tribuna de oradores de Oscar Iván Zuluaga, el político que le quiere meter los dedos en la boca a todo el país, después haber chuzado al Presidente Santos y al Proceso de Paz, para declarar que de todos los males que ha padecido Colombia, el menor mal es el fascismo, en cabeza de Oscar Iván Zuluaga, que liquidaría con un chasquido de dedos los diálogos de La Habana, reemprendiendo la guerra infinita de Uribe, vocero de quienes desataron 45 guerras civiles en Colombia, del narco-paramilitarismo y del imperio que desea someter eternamente a nuestro pueblo para succionar nuestros recursos naturales.
 Usted puede tener varias opciones para juzgar el artículo que publicó el 1 de junio el volatinero William Ospina en El Espectador:
1) Necesita un siquiatra: Luis Carlos Restrepo.
2) Tiene graves síntomas de alzheimer.
3) Ahora sí necesita un circo.
4) Necesita cambiar con prisa de máscara.
5) Quiere ser por fin Ministro de Cultura.
6) Se cansó de fingir y se está suicidando sin pena.
 Frente a todas estas actitudes patológicas de un escritor que tuvo todas las oportunidades para ayudar a su país, olvidándose de sí mismo, los poetas, escritores y artistas colombianos debemos cerrar filas en un bloque por la paz el próximo 15 de junio, no solo para votar contra Oscar Iván Zuluaga, sino para apoyar con decisión el fortalecimiento y triunfo de los diálogos de paz, hacia un acuerdo de paz con justicia social, con libertades y poesía, con democracia y profundas transformaciones sociales, políticas y económicas en beneficio del pueblo colombiano.
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UN SOLO MAL VERDADERO
Omar Ortiz
Tuluá, Junio 3, 2014. 21:19
Tiene razón Fernando Cruz Kronfly en su carta de respuesta a William Ospina publicada en NTC ...: Ospina tiene la libertad de votar por quien le plazca. Lo imperdonable en una persona que ha sido ungida por buena parte del país como un pensador serio y un respetable hombre de letras, en algo así como el único que puede decir lo que le parezca  y todo es recibido con bombos y platillos, lo imperdonable afirmo, es que consciente de esa aura de infalibilidad que le han concedido los grandes medios de comunicación y  buena parte de la dirigencia política del país, que lo han asumido desde los tiempos de Belisario Betancourt como el poeta, el escritor de la nación, a pesar de estar vivos Álvaro Mutis y Gabriel García Márquez, lo que no cabe es que salga a pregonar, sin el más mínimo sentido de la ética  que Zuluaga es un mal menor frente a Juan Manuel Santos.
Basta recordar quién está detrás de la candidatura de Zuluaga y los nombres de los senadores y representantes recién elegidos por el Centro Democrático para temblar de espanto. Circula actualmente en las redes una detallada enumeración de las investigaciones y las tropelías cometidas en los ocho años  de mandato de Uribe, su lectura es suficiente para ponerle los pelos de punta a cualquier ciudadano de bien frente a lo que le espera al país con el regreso de esta caterva delincuencial al poder. O es que Ospina perdió súbitamente la conciencia, la memoria y el más elemental sentido de la integridad, para que le diga a los colombianos que un aliado de Uribe y su camarilla es la mejor opción cuando está en juego un proceso de paz que con todos sus defectos es mejor que la continuidad de una guerra donde los vencidos seguirán siendo los pobres de Colombia.

No, eso es inaceptable, porque, repito, William Ospina no es cualquier ciudadano del montón que pueda andar por ahí alardeando de su lealtad al autoritarismo, a la mano dura y a la venganza que confusamente se han tomado como los valores a defender desde un gobierno que ya mostró como se brinca las leyes, los preceptos de la decencia y la razón cuando estos no juegan a su favor para conseguir lo que se propone. Por eso tiene toda la razón una poeta que escribió en su cuenta de Facebook, “entre Santos y Zuluaga el peor mal es  William Ospina”. No se puede aceptar que en nombre de intereses mezquinos como los que ha demostrado el columnista para soportar este nuevo capítulo de nuestra historia nacional de la infamia, se juegue con el destino de nuestros hijos y de nuestros nietos.
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Carta abierta a William Ospina

"Apoyar a Uribe-Zuluaga es cohonestar con el delito"
"Apoyar a Uribe-Zuluaga es cohonestar con el delito"

Quien fuera agente literario del escritor y su director y socio en la revista ‘Número’, publicación que Ospina dirigió en su última edición, le escribe esta carta abierta.

Por: Guillermo González Uribe

El Espectador .com , 4 JUN 2014 - 10:40 PM


Estimado William:
Aún no salgo de mi asombro, como muchos amigos y seguidores de tus textos, por tu apoyo al binomio Uribe-Zuluaga para las elecciones presidenciales del próximo 15 de junio.
No sé realmente cuál es la razón de tu decisión, pues no se ve muy clara en tu escrito, pero siento que es la apuesta más desafortunada que has hecho en tu vida. Me atrevo a decir que apoyar a Uribe-Zuluaga es cohonestar con el delito. ¿Por qué? No voy a especular ahora. Te recuerdo una investigación que publicamos en Número (1) hace algunos años, la cual sintetizo. ... 
.... Sigue en el enlace 
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Qué el conflicto deje de producir víctimas sería una recompensa grande para esta sociedad: William Ospina
04 JUNIO 2014

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La política y los intelectuales

La teoría de Ospina de una élite política que agoniza y otra que nace no es nueva.

Por: Óscar Collazos
Óscar Collazos


No me escandalizó leer el artículo de William Ospina ( http:/elespectador.com/opinión/de-dos-males ) publicado el pasado domingo en El Espectador. Tampoco me sorprendió la velada defensa que hizo de Álvaro Uribe como la encarnación de una nueva Colombia, en pugna con “la vieja élite bogotana”, de la cual J. M. Santos sería su epígono, el último, nos dice Ospina, si no permitimos que la nueva clase ocupe su lugar.

La posición de Ospina es una posición más. Pese a haber desconcertado a muchos y decepcionado a sus admiradores, su teoría de una élite política que agoniza y otra que nace bajo el liderazgo providencial de Uribe no es nueva. En febrero del 2012, en un artículo titulado ‘Un gran hombre en peligro’, en defensa de Luis Carlos Restrepo, hizo su primera y ambigua justificación del expresidente, pero nadando y guardando la ropa.

“No es difícil ver que Uribe representa nuevos poderes económicos y políticos que se han formado en Colombia en los últimos 40 años, y Santos la vieja élite que manejó el país durante más de un siglo”, aseguró Ospina. Y trató de convencernos de que Uribe “confrontó la vieja estructura de poder e impulsó fuerzas nuevas”. Santos, en cambio, estaría haciendo “un esfuerzo de restauración de la vieja aristocracia y de su manera de gobernar”.

No hay columnista de opinión o figura pública de Colombia que no haya tomado partido por o contra las conversaciones de paz de La Habana. A la incomprensible discreción del Gobierno durante largos meses –reacio a hacer claridad sobre lo acordado con las Farc– se le sobrepuso una campaña de ruindades patrocinadas directa o indirectamente por el uribismo.

Ciegos y sordos al hecho de que por el Gobierno colombiano no están negociando izquierdistas ni guerrilleros disfrazados de civiles, sino personalidades del establecimiento (dos generales de la República, un exdirigente de los industriales, un exvicepresidente liberal), los enemigos del proceso consiguieron que fuera este el factor decisivo en las elecciones del 15 de junio.

El mismo día en que se puso en evidencia la mentira de Uribe sobre los dos millones de dólares de los narcos que habrían entrado a la campaña de Santos en el 2010, Ospina ponderaba la sinceridad del ahora senador. “Con ellos no es posible llamarse a engaños”, dijo. No sé, pero esa clase de sinceridad también hace parte del código de los mafiosos: la omertà.

Celebro que Ospina haya calentado el debate confesando sus preferencias, pero deploro que no se dé cuenta de que ahora no están en juego la supervivencia de la “aristocracia” capitalina (¿?) ni el asalto al Palacio de Invierno de la nueva clase social, sino algo más concreto: llevar a buen término o abortar un proceso que no es de Santos ni de Uribe, sino de los colombianos que refrendarán o enmendarán acuerdos que este gobierno ha llevado al punto esperanzador en que se encuentra.

La teoría del hipócrita sofisticado y el plebeyo frentero es solo una teoría. Como la de Fabio Echeverri: vaticinó que si Santos y Uribe no hacían las paces, íbamos a vivir algo peor que la violencia liberal-conservadora. Esta es también la teoría de Ospina: el enfrentamiento Uribe-Santos “podría desencadenar una nueva violencia colombiana”.

Pienso, por el contrario, que si se llega al final del conflicto armado con las Farc, independientemente de los desacuerdos que tengamos sobre el modelo neoliberal de Santos, veo más probable con este que con Zuluaga el paso hacia una democracia liberal, plural y abierta, a partir de la cual se encarrilen los grandes cambios del país.

Óscar Collazos
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Con estos amigos

Colombia es hoy un triste país donde los valores de la izquierda se ven obligados a defenderse de la izquierda misma.

Por: Juan Gabriel Vásquez ( 1
EL ESPECTADOR,   5 JUN 2014 - 11:41 PM
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Los nostálgicos
Por Antonio Caballero
Los nostálgicos .
Semana,  06 junio 2014
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No es que hayan olvidado los horrores del uribato, sino que les gustan. Lo suyo es lo que un escritor francés bautizó como “la nostalgie de la boue”: la nostalgia del fango. ...
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¿Podemos opinar?

Hace una semana, en estas páginas el escritor William Ospina publicó una columna que estremeció la opinión y despertó la indignación de un buen sector de la población que lo lee.

Editorial

Por: Elespectador .com  7 JUN 2014 - 9:00 PM  Impreso Jun 8
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Poetas en traje de campaña

Intermedio. Por Jotamario Arbelaez
Jotamario Arbelaez

El País .com , Junio 10 de 2014 - 00:18, http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/jotamario-arbelaez/poetas-traje-campana . Impreso Jun. 11 
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Contratiempo. Disk-jockey 
Querido William Ospina, me tomo la confiancita de dirigirte una carta pública.

Por: Jotamario Arbeláez
 Jotamario Arbeláez
EL TIEMPO .com , 8:01 p.m. | 10 de junio de 2014  . Impreso, Jun. 11 


NTC ... Nota: Gracias al aporte y autorización del columnista, aquí publicamos la columna completa. Por cuestiones de espació no se hizo el EL TIEMPO

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Hecatombe o Santos
La Plana, Julio Cesar Londoño
Julio Cesar Londoño
El País, Cali, Junio 12, 2014
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El país que viene

Por Medardo Arias Satizabal
Medardo Arias Satizabal
El País, Cali, Mayo 29 de 2014
Colombia salió a votar en la primera vuelta, contra la entrega del país a las Farc y la posibilidad de que éstas se sienten en el Senado, a impartir leyes con manos de sangre.
Colombia debe recuperar este 15 de junio su seguridad democrática, su mar territorial, la paz de ciudades y caminos, diciéndole no a las fieras.

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Kavilando.org ,  28 Mayo 2014
Por: Daniel Grisales.
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La seguridad terrocrática

La Plana. Por Julio Cesar Londoño

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Los intelectuales, en defensa del proceso de paz

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..... CONTINUARÁ ..., (si el alud de opiniones y textos recibidos nos lo permite  ... . Por lo pronto, sugerimos a los remitentes utilizar la sección la sección de comentarios de este blog (ver abajo) para sus aportes o comentarios. Gracias ) 

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