lunes, 27 de febrero de 2012

¿William Ospina un gran escritor en peligro ... o peligroso... ?

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Publica y difunde: NTC …* Nos Topamos Con
* Se actualiza periódicamente. Febrero 27, 2012

DEBATE 
¿William Ospina  un gran escritor en peligro ...  o peligroso... ?
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Actualización a Marzo 13, 2012, 17:45 PM.  


De: julián enriquez quintero < nathaliainmemoriam@hotmail.com >
Fecha: 13 de marzo de 2012 17:38
Asunto: … Fwd: Sobre una columna enviada y colgada.
Para: NTC … Nos Topamos Con http://ntcblog.blogspot.com  , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia.
    Entiendo las explicaciones y ofrezco disculpas a Gabriel Ruiz por mis descargos injustificados hacia él y su medio. La democracia hondea en NTC … .
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Actualización a Marzo 12, 2012, 10:49 PM. 
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BALANCE DEL MÓDULO*:

Prensa-Crónica-Periodismo Literario-Independiente. Casos: NTC-JCL

Por:   Por Julián Enríquez Quintero, nathaliainmemoriam@hotmail.com

Date: 2012/3/12

Subject: Sobre una columna enviada y colgada.

To: ntcgra@gmail.com, ntcboletin@gmail.com
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* Nota de NTC …:  Se refiere el autor a uno de los Módulos del Taller de Escritura Comfandi-RELATA.  Director  Julio César Londoño. Sobre este Taller sugerimos ver : LA PLANA, El País, Cali, Febrero 23, 2012, en: http://ntc-narrativa.blogspot.com/2012_02_11_archive.html
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a L. C.
In memoriam.

    Me agradó más la teorización sobre periodismo literario que la lectura de crónicas propiamente dichas. Tal vez sea porque encuentro el género ubicado en un punto intermedio que es su fortaleza pero también su debilidad, no ser literatura (que me permita el verdadero viaje a un mundo aparte), ni ser periodismo básico (ese que busco simplemente para estar informado en los 15 minutos que me lleva leerlo, 16 si ese día publica su columna JCL).

    Aunque por supuesto disfruté la aproximación a Marylin de Truman Capote, así como la de Gay Talese del día que Frank Sinatra pesca un resfriado y todo el desbarajuste que ocurre en su cuerpo de colaboradores. Voy perfilando mis gustos y creo haber llegado a una conclusión clara: me declaro muy mal seguidor de esas crónicas con ribetes ‘sociales’ realizadas a don nadies, todas aquellas que tratan sucesos de orden público, las llamadas crónicas de ‘denuncia’ o las del tipo: periodista viviendo en el lugar de los hechos, bien sea en la olla, el basuro, el Bronxs, el psiquiátrico, la cárcel, o cualquiera de los n mil lugares a los que van a meterse los cronistas y después se sientan a redactar su asunto.    Mi interés recae sobre todo en aquellas crónicas inteligentes hechas a verdaderas celebridades (un poco snob, cool… si, tal vez) o de experiencias únicas que le haya tocado vivir al cronista: allende al mar, en la Antártida o cuando ha estado a punto de morir en una montaña o en el desierto y de pronto encuentra su oasis en el medio del Sahara. Que más que crónicas resultan verdaderas aventuras, esas son las crónicas que realmente disfruto. Una vez leí la de un tipo que tuvo el temple de redactarla cuando tenía la muerte resoplándole en la espalda, sus palabras eran verdaderas e intensas, al final se salvó y los lectores pudimos conocer aquel épico drama.

    Me parece que lo mejor que le puede suceder a una crónica es volverse realmente importante, crecer, madurar, convertirse en una novela; casarse digo, definitivamente, con la narración literaria, dejar atrás de una vez por todas el pellejo periodístico. Mirar si acaso existe la posibilidad de volverse un buen bestseller, aunque para los intelectuales no existan los ‘buenos’ bestsellers.

. Revistas en vez de periódicos. Llegué a comprender también que el medio ideal para las crónicas son las revistas, no los periódicos. Por tratarse estos de un medio frío, meramente informativo y objetivo, casi industrial. Las revistas en cambio –por lo menos se supone que quien invierte en ellas no las va a arrojar a la basura al minuto siguiente de ojearlas-, resultan a todas luces un medio cálido, menos frenético, mucho pero mucho más proclive para la lectura. Las crónicas ahí gozan de espacio suficiente para explayarse y el formato en general ayuda sobre todo si se incluyen fotografías y diseños atractivos, cualquier cosa con tal de que no se vean ladrilludas, como el exitoso caso de la revista Soho del mequetrefe Daniel Samper Ospina, aunque me duela ponerlo como ejemplo.

. En cuanto a las columnas de opinión pienso que han sido excesivamente polarizadas, tomadas como puntas de lanza ideológica y no pocas veces usadas para encubrir estratégicas politiqueras. Son de choque, a la defensiva o más bien a la ofensiva. Pienso que tal nivel de polarización repercute nocivamente en el país confundiendo en lugar de orientar a la opinión pública. A los columnistas no les interesa orientar a nadie, sólo convencer a los lectores de sus propias verdades y eso en el mejor de los casos.

    Son columnas que pecan por maniqueas (para las Leidis que no tengan claro el término ‘maniqueo’ quiere decir que lo que yo pienso y a la gente que yo defiendo es la buena, mientras que todos los demás, a los que ataco, son los malos (así con juicios morales, haga de cuenta una neo inquisición en los tiempos de la era digital). Por lo menos, es el tipo de columna política que practica JCL, tan abierta y despreocupadamente maniquea.

    Si yo tuviera la oportunidad de escribir en un medio de circulación masivo y detentar un pedacito de ese cuarto poder como le llaman, me tragaría mi uribismo y no lo sacaría a relucir con la obcecación que lo hago aquí en casa, en el taller literario. En todo caso, sería más responsable con lo que digo. No lo defendería a brazo partió (como Sirirí en El País) ni atacaría a nadie ni siquiera a Chávez con saña histérica (como ataca a Uribe la jauría de El Espectador a la que pertenece nuestro leído profesor Londoño).
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    Que a propósito con el tema de la salida del país de Luis Carlos Restrepo y la de palo que le da JCL en ese medio, envié* yo esa misma semana una columna* a NTC ...  sustentando mis puntos de vista muy distintos a los del profesor, texto que Gabriel Ruiz finalmente me colgó, aún no entiendo por qué para mis malquerientes el dueño de “Nos Topamos Con…” se merecería una estatua por haberme cerrado las puertas de su medio, a mí, poco menos que un godo insecto que osó, que tuvo el descaro, de querer colarse a tan afamado y prestante medio; la interpretación que yo hago del portazo de Gabriel es que: ¡ahí están pintados los llamados medios alternativos e independientes en Colombia!: los que no piensen como ellos entonces quiere decir que no sirven. Y la verdad, tres cosas le iba a cantar a la columna de JCL, lástima. Anexo a NTC ...  en el presente correo para que no se diga que lo crítico a sus espaldas. Así es Gabriel, NO ME GUSTÓ LO QUE HICISTE. No te voy a enviar más columnas pretendiendo que se abra un debate en el que tengamos cabida todos, para que los lectores observen que hay quienes opinamos de  otra manera, SÉ FELIZ CON TUS ANTEOJERAS DE BRONTOSAURIO COMUNISTA). (* Nota de NTC ...: Hoy -Marzo 12, 2012- más adelante incluimos la columna. Por la abundancia de los correos recibidos no la habíamos visto oportunamente en nuestro buzón. Presentamos disculpas al autor. En NTC ... nunca le hemos "colgado" textos a columnistas alguno.)      

    Como venía diciendo (quédense, esto se arregla), en su columna, JCL se suma a la jauría rola y ataca alevosamente al ex comisionado de paz esgrimiendo ‘razones’ que resultan más bien argumentaciones pobres que no le alcanzan y se caen por su propio peso, ‘razones’ como dar por ciertas afirmaciones de unos delincuentes que dicen y se desdicen y también, opiniones sacadas de contexto atribuidas al propio Luis Carlos (léase simples chismes).

    De pronto, en esos días, pasó lo que nadie se esperaba. Alguien de las entrañas de la jauría les dijo NO, un momento, hasta allá tampoco; y se trató de nadie más y nadie menos que de su propio oráculo y mentor, Willy Ospina, quien en un acto de responsabilidad más allá de la mezquindad común a los suyos, defendió la vida, honra y ejecutorias del comisionado.

    Quién dijo miedo, el columnista JCL ripostó medio dando a entender que era que William se había vuelto loco, después, claro, morigeró la audaz declaración en el cuerpo de su escrito. Lección: quedó demostrado que ellos atacan y seguirán haciéndolo a costa de lo que sea, que se creen unas celebridades aplaudidas por lectores obcecados como ellos a quienes les ofrecen el espectáculo de sus medias verdades, de su retórica embaucadora, poco les importa que hayan inocentes de por medio, medio inocentes… nada, todos son culpables y se van a la cárcel; estos calumnistas nuestros se creen jueces y se la pasan, ya se mal acostumbraron a ello, a sentenciar con mórbido deleite.

   Mientras tanto los altos magistrados hacen fiesta y ejercen la jurisprudencia a su antojo, amaño y en su total beneficio. ¿Dónde están los columnistas para señalar tan graves desafueros? Eso no lo ven ya que en este caso la venganza judicial les va favoreciendo según sus intereses comunes de enlodar la obra del anterior gobierno.

    Estos columnistas jauría proceden entonces irresponsablemente. Y si el día de mañana a mí se me abrieran las puertas de un verdadero medio para escribir (el tuyo NO porque no es democrático, Gabriel), los tendría como un cuadro en la pared como vivo ejemplo de lo que NO se debe hacer. Si yo fuera columnista más bien aplicaría dos tips en el devenir de opinador calificado del acontecer político:

1.      Visión de Contexto. No mirar la minucia tal cual como se presenta cada día sino mostrarle a los lectores de dónde procede todo el desbarajuste que se está comentando. Si eso se aplica saldría a relucir, expedita y diáfana por ejemplo, la venganza de la justicia contra el anterior gobierno como uno de los motores que ánima a los jueces en este momento.
2.    NO a la dialéctica del odio. Pienso que eso no está bien. Pienso que hay que ser sumamente delicado y responsable en esto. La jauría utilizan la dialéctica del odio todos los días, la polarización, son hienas que aprovechan que escriben en clave de ironía y perversidad y pelan los dientes en esa risa ruinosa y ladina que acostumbran, no que lástima sino que da lástima; para hacer que cada vez más se abran las brechas entre los connacionales.

      Para evitar que eso suceda y dejar la histeria y el odio a un lado que se les veo tan feo convendría en lugar de juzgar a la primera simplemente comprender, y hacerlo desde un punto de vista filosófico, amplio, no desde la ceguera y la cortedad mental del odio, que sirva realmente no para crear y abonar bandos en disputa sino para verdaderamente orientar a una opinión pública buscando que sea ella misma -cada colombiano en particular- la que juzgue por su propia cuenta sin que el columnista se tome tales atribuciones en su nombre, como sucede ahora entre el columnisterio bogotano y que ha repercutido también al de provincia.

Nota: la única excepción al tip de no tomar partido sería en regímenes en los que se perfila un mandatario-dictador: Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia. Ahí sí creo que uno como orientador de opinión debe hacer señalamientos valientes y directos ya que se trata de un ataque contra la sociedad en general y contra las libertades y los principios democráticos. Entonces urge tomar una posición.  

VEO EL FUTURO. Les anticipo que una de las próximas columnas de Londoño en El Espectador será escrita con base a razones amañadas y tendrá por misión, una vez más y en acuerdo con columnistas bogotanos, dañar la honra de los ex funcionarios Diego Palacio y Sabas Pretelt, ejercer esa especie de sicariato mediático desde su columna de opinión, manera de escribir que ha cogido tanta fuerza en Colombia y llevar a ‘esos culpables’ al descrédito y la picota pública justo donde la Rama Judicial quiere que se los ponga antes de proferir sin atenuantes sus amañadas sentencias.

    JCL ME HA ENSEÑADO MUCHO EN ESTE TALLER, PERO TAMBIÉN ME HA MOSTRADO CLAROS EJEMPLOS DE LO QUE NO SE DEBE HACER.
…Y abajo el día de la mujer y que viva Lionel Messi, el Carlos Alberto Miranda del fútbol.
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Actualización a Marzo 6, 2012, 8:30 PM. 
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Contratiempo

La defensa
del amigo



El devenir del hombre desde que descubrió el garrote y por extensión el insulto– ha oscilado en atacar y en defenderse. Y en hacerse aliados para el ataque y la defensa. Los que se confabulan para el ataque son casi siempre interesados. Los que se ligan para la defensa suelen ser gratuitos. Defender al indefenso se impuso siempre como una regla humanitaria. Así como tomó fuerza otro canon: el de que la mejor defensa es el ataque.

Un escritor que es como mi hermano tenía sobre su cabeza la espada  de ser conducido al tribunal por uno de sus escritos, presuntamente injurioso contra un magnate. Aunque Óscar Collazos no es ningún maniatado –y polémicas es lo que ha gestado en su ya larga y prolífica vida de intelectual vigilante–, le es muy jodido a cualquiera, por pública y aguda que sea su pluma, defenderse solo y con más palabras, porque puede agravar el caso ante el señor juez.

Me armé contra la injusticia. La frase puede ser de Rimbaud, pero es lo que venimos haciendo desde que nos impusieron desniveles y privilegios. En la columna que sostengo en El Tiempo desde hace más de 20 años y en la que me han permitido expresarme sin tapujos ni cortapisas, me referí al tema y al personaje de una manera burlesca, desafiando la posibilidad de ser a mi vez demandado, lo que elevaría al colmo el absurdo. Todo para bajar el tono que llevaban las cosas hacia el juzgado.  
    

Paréntesis. Entre las máximas de la sabiduría popular brilla aquella de que es deber asistir al entierro del amigo, pero no enterrarse con él. Parece ser el caso de William Ospina, quien en honor a la amistad y admiración por las virtudes del psiquiatra nómada Luis Carlos Restrepo  – acusado hasta el hueso por la Fiscal que ayudó a tumbar –, publicó (el escritor) una columna solidaria, donde por extensión defiende un esquema que venía denunciando con cierto tino. Es posible que el doctor Restrepo haya sido impoluto hasta  cuando se le disolvió la ternura. Pero ya nos advertían nuestros padres, hay que evitar las malas compañías, así sean presidentes de la república. La reacción de muchos de los fieles lectores y admiradores de William se parece más a un desencanto porque se le fueron las luces, que a una acusación de complicidad con el enemigo. Aunque un poeta fugaz aprovechó para tildarlo de desembozado traidor, y de adehala para tratar de destruir de un plumazo su obra en prosa y en verso, cosa que no venía al caso. Cierro.

Ya se celebró la conciliación entre el empresario Carlos Mattos y el periodista escritor, a satisfacción de las partes, aunque Collazos no se retractó de lo que se decía que había dicho pero no dijo. Aclaró lo que para el demandante fue suficiente: que no era su intención poner en duda el origen de su fortuna ni lesionar la honra a que tiene derecho como ciudadano.

¿Y cómo quedo yo en estas paces? No viene muy al caso la referencia, pero sabemos de peleas de parejas en las que ha intervenido un tercero de buena fe y, una vez que éstas se avienen, lo que se gana el pato es un trompadón en el ojo. He reiterado que desde hace algún tiempo cesé en mi función de insolente cantalatabla y desfacedor ambulante de entuertos. Mi extático estado espiritual –y quizás mi colonia de caballero–, me impiden, no por miedo ni tembladera sino por tranquilidad de conciencia, hacerme a un enemigo gratuito. Y mucho menos por cuenta de mi terminología literaria. Cumplí como amigo con el amigo para hacer ver que la amenaza jurídica no ameritaba continuidad. No tengo ningún rencor por la prestancia y la fortuna del empresario, que por ser productos de su trabajo también deben ser objeto de su disfrute, así se haya excedido ligeramente en su ostentación. Celebro el triunfo legal de Óscar pero al mismo tiempo, y sin que nadie me lo requiera, no tengo ningún reparo en satisfacer con mis disculpas al señor Mattos, en el supuesto de que se haya sentido ofendido por el calculado calibre de mis expresiones. A tal señor, tal honor.
jmarioster@gmail.com                 
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Actualización a Febrero 29, 2012, 1.26 PM. 

¿Está loco William Ospina?

Julio César Londoño

Columna de mañana (Marzo 1, 2012) en El País, Cali.   

La columna del domingo de William Ospina en El Espectador sorprendió a todo el mundo. Nadie esperaba que él, crítico implacable de Álvaro Uribe, saliera a defender a Luis Carlos Restrepo, “un hombre generoso y bien intencionado cuyas acciones han estado gobernadas por el deseo de servir al país y de contribuir a la paz de Colombia”, dice Ospina, y recuerda el gran trabajo de Restrepo en la campaña “Mandato Ciudadano por la Paz, que propició el intento de negociación del conflicto durante el gobierno de Andrés Pastrana”.

            De inmediato su chat fue asaltado por una turba enfurecida que le gritaba facho, paraco ¡y hasta uribista!, epíteto que debe haberlo ofendido en lo más hondo.

            Otros, más benevolentes, sugirieron que el Premio Rómulo Gallegos había perdido la razón.

            Allí mismo, Ospina considera muy peligroso el enfrentamiento entre Uribe, exponente “de los nuevos poderes económicos y políticos que se han formado en Colombia en los últimos cuarenta años”, y Santos, que “representa a la vieja élite que gobernó el país durante más de un siglo”. Compara esta rivalidad con la que se presentó “hace setenta años entre el liberalismo ascendente y el conservatismo hegemónico”, y teme que ahora se produzca, como entonces, otro baño de sangre, otra espiral de violencia.

            Esto es falso y verdadero. Es verdad que Uribe es el ápice de un movimiento que empezó con unos señores de corbatas demasiado alegres que llegaron al Congreso en los tiempos de Julio César Turbay Ayala. Llegaron, se decía, llenos de dólares limpiecitos gracias a una lavandería instalada en el Banco de la República por su antecesor, Alfonso López Michelsen. “La ventanilla siniestra”, llamó la gente al foramen.  Pero es falso decir que Santos representa a la vieja élite. No. Santos es un señor de la élite que lidera un gobierno muy variopinto. No puede ser de élite un gobierno que tiene roces frecuentes con los gremios económicos, les pone topes a los costos de la intermediación financiera, amplía generosamente la cobertura del POS, aprueba la ley de tierras y tiene en su bancada a los senadores del PIN.

            En suma, son dos animales fabulosos: ¡Uribe es un revolucionario godo y Santos devino aristócrata socialista!

             En lo que sí tiene razón Ospina es en considerar peligrosa la pugnacidad entre este par de ornitorrincos. El uribismo es una fuerza agónica pero su coletazo puede ser letal. Si un señor tan visceral como Uribe logra conectar el descontento de las Fuerzas Armadas con el malestar de ciertos empresarios paisas del agro (concretamente con los que compraron tierras en los últimos veinte años en los Montes de María, el Bajo Cauca y el Urabá) y le suma el recalcitrante antisantismo de El Colombiano y El Mundo, tendrá un brazo político con buen músculo para atacar a Santos (iba a agregar que las Bacrim son su brazo armado y que las bombas pueden comenzar a estallar en todas partes, pero esto sería ya una ligereza de mi parte. ¡Detente, cálamo!)

            Tachar a Ospina de facho es una injusticia. Es como decir que Chávez es filósofo o Uribe ecuánime. Supongo que Ospina dijo lo que dijo porque conoce al otro Luis Carlos Restrepo, al humanista. No sería el primer siquiatra esquizofrénico que registran los anales de esta noble disciplina. Una especie de Jekill & Hyde, digamos.
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La columna se publicó el 1 de Marzo de 2012 en El País, Cali. 
Versión digital: http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/julio-cesar-londono/esta-loco-william-ospina
Versión impresa y digital de la edición impresa:    http://www.elpais.com.co/elpais/edicion_impresa/a66dbfa2483ad719b31af53b86803c48/elpais-Marzo-01-de-2012.php
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DEBATE 
¿William Ospina  un gran escritor en peligro ...  o peligroso... ?
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Columna de W. O. en El Espectador (Feb. 26, 2012) y texto (retirado de aquí,  27 de febrero de 2012, 06:50) de Santiago Espinosa sobre ella. 
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William Ospina en la I Feria del libro y lectura,  Palmira (Valle), Mayo 2007 ./.  Santiago Espinosa (der.), Tuluá, Octubre 10, 2011

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De: SANTIAGO ESPINOSA
Fecha: 26 de febrero de 2012 21:41
Asunto: W Ospina cofirma nuestras peores sospechas sobre él mismo.
Para: NTC …Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com * ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia. Et al. 

Por solicitud del autor (27 de febrero de 2012, 06:45) , retiramos el texto pues él nos manifestó: "... Y lo hice para comentarlo con mis amigos, no para organizar un debate abierto ...". Le presentamos nuestras disculpas.


El texto se publicó en el muro del Facebook del autor (1009 amigos) : Santiago Espinosa , http://www.facebook.com/santiagoespinosaco


Queda, pues,  la Columna de William Ospina ... . Y abrimos el debate ... 
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Un gran hombre en peligro
Por: William Ospina
EL ESPECTADOR, Febrero 26, 2012.

Hace mucho conozco a Luis Carlos Restrepo y sé que es un hombre generoso y bien intencionado, cuyas acciones han estado gobernadas por el deseo de servir al país y de contribuir a la paz de Colombia. Por eso suena tan desproporcionada la decisión de la Fiscalía General de la Nación de ordenar su captura y acusarlo de una inconcebible lista de crímenes.

Nadie se esforzó tanto por abrirle camino al Mandato Ciudadano por la Paz, que propició el intento de negociación del conflicto durante el gobierno de Andrés Pastrana. Ese proceso fracasó por la intransigencia criminal de la guerrilla y por la falta de voluntad política de ambas partes, pero el Mandato Ciudadano expresaba un sentir profundo de la sociedad.

Luis Carlos Restrepo no abandonó su vocación ciudadana. Aceptó el cargo de alto comisionado para la Paz del gobierno de Álvaro Uribe y lideró la necesaria desmovilización de los ejércitos paramilitares. Mucho se puede discutir sobre la eficacia de ese proceso, pero no soy capaz de negar que la desmovilización de esos grupos sanguinarios, aun con las inevitables irregularidades que haya podido presentar, era una urgencia del país, si quería mostrar al mundo un mínimo de estructura civilizada, y harto contribuyó a la tranquilidad general, aunque sabemos que sin la despenalización de la droga, que desmonte los poderes del narcotráfico, la violencia de las bandas criminales no desaparecerá de nuestra tierra.

Sería largo enumerar todas las cosas que yo como ciudadano rechazo de la manera de gobernar de Álvaro Uribe, pero no ignoro que la guerra sin cuartel contra una guerrilla hundida en el secuestro y el narcotráfico, y cada vez más desentendida de sus viejos ideales políticos, y por otro lado el desmonte de las estructuras paramilitares, le dieron un aire nuevo a la sociedad colombiana, que estaba al borde de la desintegración. Siempre he sido partidario de la negociación del conflicto como única manera de terminarlo definitivamente, pero no ignoro que para ello es necesaria la voluntad de las partes y ésta no ha aparecido todavía.

No hay manuales para entender a Colombia. Luis Carlos Restrepo está metido en la centrífuga de una lucha típicamente colombiana de todos contra todos, la extraña fuente de todas las violencias que en Colombia han sido. Ahora dos de los pilares de ese precario proceso de recuperación de la legitimidad institucional, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, se están trenzando en un conflicto que podría desencadenar la nueva violencia colombiana. No porque cualquiera de los dos pretenda desatar un baño de sangre, sino porque en Colombia es muy fácil que los desacuerdos de las élites se conviertan en desangre de las multitudes humildes.

No es difícil ver que Uribe representa nuevos poderes económicos y políticos que se han formado en Colombia en los últimos cuarenta años, y Santos a la vieja élite que manejó el país durante más de un siglo. Después del gobierno de Uribe, que de tantas maneras confrontó la vieja estructura de poder e impulsó fuerzas nuevas, este gobierno representa un esfuerzo de restauración de la vieja aristocracia y de su manera de gobernar, y hasta los marxistas saben que esos dos sectores no son los buenos y los malos, sino dos fuerzas históricas midiendo su influencia en todos los campos de la realidad. Lo que parece a nuestros ojos un caos es la lucha de dos poderosos sectores que se están midiendo en lo económico, en lo político, en lo mediático, en lo legal y en lo institucional.

Hace setenta años el liberalismo ascendente y el conservatismo hegemónico eran también dos fuerzas históricas tratando de imponerse en el país y, para nuestra desgracia, antes de que ese conflicto encontrara su expresión política en el Frente Nacional, se manifestó en un caos de intolerancia y violencia que marcó sombríamente nuestra historia, y el pueblo, que no tenía allí nada que ganar, fue sin embargo su instrumento.

Vivimos el peligro de entrar de nuevo en ese vórtice. Una ley de restitución de tierras sin verdadera proyección en la economía contemporánea, amenaza con desencadenar un nuevo baño de sangre en Colombia. Los campesinos pobres serán otra vez las primeras víctimas, sacrificadas igual por la violencia criminal de los poderosos y por un manejo irresponsable desde las instituciones de un asunto que exigiría toda la inteligencia y toda la sensibilidad.

Luis Carlos Restrepo, sin formar parte de esas élites egoístas, milita sin embargo en uno de los bandos en pugna. Nadie como él estaría llamado a representar con muchos otros a esa tercera fuerza que Colombia necesita tanto, para evitar el caos de una polarización entre los grandes poderes. Por su vocación humanista y por su espíritu generoso, Luis Carlos no logra encarnar el espíritu faccioso del bloque uribista al que pertenece, pero se ve convertido, por su buena voluntad y por su sinceridad política, en la víctima propiciatoria de los que quieren hundir al uribismo.

Y a todas estas, ¿qué representará la Fiscalía? ¿El espíritu desinteresado de la justicia, en un país donde, a despecho de la abnegación de algunos jueces beneméritos, la justicia está tan invadida por la corrupción y por el espíritu faccioso como todo lo demás? Cuánta falta le hace a Colombia una fuerza civilizada que imponga la cordura entre poderes tan notables, tan industriosos, tan emprendedores, y tan faltos de grandeza.
Claro que hace falta una nueva Constituyente: pero no para hacer las paces entre el uribismo y el santismo, sino para abrirle camino a la sensatez en una vorágine de irracionalidad, a la generosidad en un vértigo de ambición y prepotencia y al interés de las mayorías en el país más injusto y más desigual del continente.
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NTC ... Enlaces:
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Breves literarias
El Espectador, Feb. 25, 2012 Alto Turmequé

1. Con el lanzamiento del libro de ensayos La lámpara maravillosa, Random House Mondadori presentará el jueves en el Gimnasio Moderno al escritor y poeta William Ospina como autor de su sello editorial, de quien publicará su obra completa y su próxima novela La serpiente sin ojos.

 2. Ahora que Alfaguara decidió editar en libro electrónico a cien autores hispanoamericanos, se supo que en el incipiente mercado colombiano el que más vende en este formato es Juan Gabriel Vásquez con El ruido de las cosas al caer.

3. El libro de vida y obra de Hernán Peláez lo escribirá su amigo de la primera etapa de La Luciérnaga, Édgar Artunduaga.

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LA JAURÍA CONTRA LA TERNURA

Por:   Por Jualián Enrïquez Quintero , nathaliainmemoriam@hotmail.com
23 de febrero de 2012,  16:09

    Ahora le tocó el turno al doctor Ternura, de la persecución, de las diatribas insolentes de los columnistas, y si, también, del digno exilio. Esto cada vez se parece más a una Jerusalem saturada de remedos de Herodes por todas partes.

    Obligado por la encerrona judicial que tiene al país cada vez más en el limbo (haciendo que incluso los verdaderos delincuentes argumenten sus escapatorias alegando razones de dignidad y aduciendo que "aquí no hay garantías"), el ex-Comisionado de Paz Luis Carlos Restrepo emprende las de Villadiego. Ni bobo que fuera para quedarse  aquí a formar parte del sainete amañado de una fiscal títere puesta ahí mismo donde justamente está por parte de una espúrea, revanchista y politizada justicia colombiana (Esto se ha dicho hasta la saciedad ya tantas veces pero conviene repetirlo, para que no se olvide; y que desde el mismo gobierno se haga a sote voice solo por temor a que se pierda el acatamiento y el llamado Estado de Derecho, al fin de cuentas con decisiones de esta catadura cada vez más colombianos nos sentimos menos Estado. Por esa vía, precisamente, cuando uno como colombiano común y corriente no se siente representado por sus instituciones es que van llegando los golpes de Estado y las benéficas dictaduras). Es por eso que a los de a pie nos conviene saber qué es lo que está pasando y saberlo por nuestros propios medios, olfatearlo con nuestras propias narices, ya que si nos atenemos a lo que dicen los maniqueos columnistas nuestros, acabamos desinformados y con la opinadera bien deformada.

    Al sentimental hombre le metieron un embuchado con esto de las desmovilizaciones, que ahora -los interesados en rendir a Uribe, no es otra la obsesión- buscan hacer parecer prácticamente como una obra de gobierno. (Tómese las goticas, doctor Uribe, vaya y tómeselas pero no se rinda a estas hienas, no les dé ese gusto). A quién le cabe en la cabeza apuntalar los cuantiosos logros alcanzados en la política de seguridad democrática rebuscándose pachotadas así, ni al mismo Luis Carlos por muy doctor Ternura que sea, es tierno pero no una mente malvada como si lo son los malintencionados que lo acusan. Se necesita ser muy miope, atorrante, columnista polarizado o simplemente enemigo de todo lo que huela a Uribe ('hieda' dirán los de la jauría de perseguidores, los indignados pontífices de las alcantarillas) para dar crédito a lo que un par de delincuentes -que dicen y se contradicen- hacen saber a gritos a la opinión pública nacional, por algo están tan interesados.

    Obra esta, que parece más una de esas típicas misiones encomendadas por la misma guerrilla buscando confundir, enlodar, hacer creer.

    Y claro, como siempre, un coro de idiotas útiles, de indignados dueños de la moral pública aupados por sus recurrentes ataques de histeria y su visceral odio contra el hoy indefenso hombre del twiter, los secundan; esgrimiendo al menudeo 'idílicas' razones que ya quisieran fueran verdades, trayendo argumentos 'nada que ver' acompañados de frases sacadas de contexto de parte del ex-Comisionado "de un día que estuvo en un acto social", Ja, que solivianten sus bobas pesquizas mediáticas. "Prontuario" le llaman a la zarta de barrabasadas los articulistas estos. Serán aplaudidos seguramente por las minorías desinformadas de este país, por correligionarios caga tintas como ellos que andan en las mismas.

   Si señor ex-Comisionado, mejor vayase de aquí, este es un país sin garantías para servidores como usted. La dignidad del exilio fue hecha precisamente para los perseguidos, para periodistas de verdad que se oponen a los despropósitos de gobiernos autócratas como los que existen en los países vecinos y por supuesto, el exilio también es un paraíso de dignidad y respeto para los servidores públicos que están en medio de la guerra de exterminio que se libra judicialmente contra el hombre del twiter, que sigue aquí y dando la pelea empoderado en su propia dignidad, en la verdad de lo que pasó y en las importantes aportaciones que se hicieron en su magnífica obra de gobierno. ¡Adelante, señor Presidente!

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Date: Sat, 18 Feb 2012 05:50:25 -0500
Subject: Un novato adelantado Por: Julio César Londoño. El prontuario del prófugo Luis Carlos Restrepo es ... . EL ESPECTADOR . com , 17 Feb 2012 - 11:00 , impreso Feb. 18, 2012
From: ntcgra@gmail.com
To: ntcboletin@gmail.com

Publica y difunde: NTC …Nos Topamos Con 
* Se actualiza periódicamente. Febrero 18, 2012

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EL ESPECTADOR . com , 17 Feb 2012 - 11:00 pm http://www.elespectador.com/impreso/opinion/columna-327279-un-novato-adelantado . Impreso Feb. 18, 2012

Julio César Londoño

Un novato adelantado

Por: Julio César Londoño

El prontuario del prófugo Luis Carlos Restrepo es surtido. Se lo acusa de fraude procesal, tráfico de armas agravado, peculado por apropiación y prevaricato por acción. No está mal para un novato, ¿no? Menos mal que venía de la academia. Donde se hubiera formado en una olla…

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El delito de fraude procesal se configuró porque, según la Fiscalía, Restrepo montó una “empresa criminal” junto con dos coroneles del Ejército y el guerrillero Olivo Saldaña. La empresa consistió en inventarse el bloque Cacica Gaitana para luego desmovilizarlo y presentar el caso como otro éxito de la política de seguridad democrática.
Desde la cárcel, Olivo Saldaña reclutó ñeros, ladrones y gente varada, les pusieron camuflados, les dieron armas (para que las entregaran luego en una emotiva ceremonia televisada) y les asignaron auxilios por un total de $1.037 millones mensuales. Vivimos en un mundo mediático, lo acepto, pero nadie podrá negar que fue una cuña demasiado costosa. Por esto es que la Fiscalía lo acusa de peculado por apropiación a favor de terceros (digamos a favor de Restrepo que eran terceros pobres, como era de esperarse tratándose de un señor famoso por su ternura).
Las armas las consiguieron en el bajo mundo a través del narcotraficante Hugo Alberto Rojas y fueron encaletadas en una instalación militar antes de dárselas a los vagamundos. El informe de la Fiscalía señala que Restrepo sabía de esta operación; de aquí la sindicación de tráfico de armas contra el adelantado novato.
El delito de prevaricato por acción se habría configurado porque Restrepo sabía que la lista de desmovilizados entregada por Saldaña estaba conformada por un ejército de impostores.
Después de leer el informe quedan en el aire muchas preguntas: las otras desmovilizaciones, las de los 32.000 paramilitares y los 13.000 guerrilleros, ¿fueron también una farsa? ¿Era necesario que el Estado invirtiera varios billones de pesos para cambiar la sigla Auc por la sigla bacrim? ¿No basta con cambiar los membretes de la papelería? ¿Era necesario todo ese montaje para que varios pesos pesados del narcotráfico alcanzaran estatus de guerreros políticos? ¿Era indispensable cerrar con esa opereta la sangrienta contrarreforma agraria que les arrebató cuatro millones de hectáreas a los campesinos colombianos?
Algunos quieren invalidar el informe de la fiscal alegando que está muy mal casada. Otros se resisten a creer que un profesor de aspecto bonachón haya cometido tantos delitos gruesos. Yo no. Creo, por un lado, que todos los matrimonios son inconvenientes; y, por el otro, siempre supe que Restrepo era un sujeto sin escrúpulos. Recuerdo una entrevista de El País que lo desnudó de cuerpo entero. Allí, el sujeto defendió la inmunidad parlamentaria (propuso que fuera la Comisión de Acusación de la Cámara la que decidiera si un congresista debía ser juzgado por la Corte Suprema de Justicia) y afirmó que los hijos del presidente eran “simplemente unos muchachos exitosos” (lo dijo sin rubor alguno pese a que se acababa de destapar el bochornoso asunto de la zona franca de Mosquera); sobre los falsos positivos opinó que era “una tormenta política que minaba la moral de las Fuerzas Armadas”. Traducción: el escándalo es el que mata. Parecía un alto prelado tratando de perfumar la pestilencia de la pedofilia. Estábamos ante el genocidio más infame de nuestra historia, ante una masacre de colombianos humildes perpetrada por miembros de las FF.AA.; eran “cientos de viles asesinatos que siguen un patrón”, como repetía Germán Vargas, ¡y el alto comisionado la calificaba como una tormenta política!
Bien ido sea, señor Restrepo; lárguese a perfumar ahora las alcantarillas del exilio.
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